Del patrimonio arquitectónico civil malagueño destacan, por su número, las obras realizadas a finales del siglo XIX y principios del XX. Entre los edificios más emblemáticos de esta época están los Almacenes Félix Sáenz, el Mercado de Atarazanas (edificio construido en hierro que incorpora un arco nazarí del siglo XIV), el Edificio de viviendas "Desfile del Amor", el Mercado de Salamanca, el Palacio de Miramar, el Palacio de la Tinta, el Colegio del Mapa, la Junta de Obras del Puerto y la Tabacalera, entre muchos otros. Todos ellos utilizan el lenguaje estilístico de la época, en ocasiones mezclando elementos modernistas, historicistas y regionalistas al mismo tiempo.
Los paseos residenciales de la zona este es donde las clases acomodadas de Málaga tienen su lugar de residencia desde la explosión industrial del XIX y ahí se conservan aún muchos palacetes y elegantes villas, como Villa Suecia, La Bouganvillea, Villa Cele María y Villa Fernanda, entre otras.
Anteriores al siglo XIX son la Casa Palacio de Salinas, de origen musulmán; el Palacio de Buenavista y el Palacio de Villalón, ambos del siglo XVI; el Palacio de Zea-Salvatierra, del siglo XVII; el Palacio del Marqués de la Sonora, la Casa Barroca de las Atarazanas, el Palacio de Valdeflores, la Casa del Consulado y el Palacio de Villalcázar, del siglo XVIII.
Del pasado industrial de la ciudad se conservan aún algunas interesantes estructuras como la Antigua Azucarera del Tarajal o la Chimenea de la central térmica de La Misericordia. Como notables obras de ingeniería pueden citarse el Acueducto de San Telmo, el Puente de los Alemanes o La Farola, finalizada en 1817, estando entonces situada en la entrada del puerto.
Ejemplos de arquitectura contemporánea son el Edificio de La Equitativa, levantado en 1956, el antiguo mercado de mayoristas que alberga el Centro de Arte Contemporáneo y los más recientes Centro Cultural Provincial, Centro Cívico, Observatorio de Medio Ambiente Urbano y la Ciudad de la Justicia.
Finalmente cabe mencionar dos cementerios monumentales: el Cementerio Inglés, de estilo romántico, y el neoclásico Cementerio de San Miguel. En estos camposantos descansan, entre otros, Jorge Guillén, Gerald Brenan, Jane Bowles y los arquitectos Fernando Guerrero Strachan y Eduardo Strachan Viana-Cárdenas, autores de varias obras aquí citadas.
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